miércoles, 9 de septiembre de 2009

Dos Pasos Atrás, un paso adelante

En toda lucha larga, tenaz y apasionada, comienzan a diseñarse generalmente, al cabo de cierto tiempo, los puntos de divergencia centrales, básicos, de cuya solución depende el desenlace definitivo de la campaña y, en comparación con los cuales, pasan cada vez más a segundo plano todos y toda clase de pequeños y mezquinos episodios de la lucha”.
Vladímir Ilich Uliánov (Lenín) en la obra Un paso Adelante, dos pasos atrás

“aruskipasipxañakasakipuniraskispawa, (yo sé que es deseable y obligación de todos, incluyéndolos a ustedes., que nos comuniquemos)”
Proverbio aymara

Dos pasos atrás, un paso adelante:
El pueblo boliviano logra que se sancione la nueva ley electoral

El pasado 14 de abril el congreso de Bolivia aprobó la nueva ley electoral, luego de semanas de agitadas discusiones, movilización popular y huelga de hambre mediante del presidente Evo Morales.
Como bien es sabido por el pueblo boliviano (que ahora sí tiene la Constitución Política del Estado en sus manos) la nueva carta magna de Bolivia establece la creación de una Asamblea Legislativa Plurinacional que contempla una forma de representatividad que intenta romper con la tradición bicameral clásica en donde las oligarquías sectoriales se veían favorecidas desde el senado. Esta Asamblea, de carácter general, se presenta como el mayor órgano de representatividad por encima de las dos cámaras, las que, a partir de la nueva CPE, deberán someterse a ella. De este modo, todo el pueblo boliviano se verá representado en sus intereses, privando a la elite del juego de mayorías engañosas que no reflejaban la verdadera representatividad.
En cuanto a las bases de esa representatividad, la nueva Constitución Política del Estado Boliviano incorpora a las verdaderas mayorías, otorgándole el espacio que corresponde a la comunidad indígena originaria campesina (excluida desde hace quinientos años) y al ciudadano boliviano en el extranjero, garantizándole a este último el voto y la representación. En otras palabras, la nueva Constitución Política del Estado boliviano obligaba a los actuales legisladores a votar y sancionar una nueva ley electoral.
Sin embargo, desde un comienzo, la oposición encabezada por la oligarquía, se opuso a la nueva ley, negando el voto de los bolivianos en el exterior y no aceptando los escaños representativos de parlamentarios especiales para las nacionalidades indígena originarias, aunque desde la hipocresía objetaba la validez del Padrón electoral (con el que votaron sus Estatutos Autonomistas sediciosos e ilegales en 4 departamentos) al interior y al exterior de Bolivia y acusaba al gobierno de querer manejar dolosamente el acto electoral mediante los diplomáticos del exterior. En síntesis, la oligarquía se esforzó en todo momento para retrazar la ley y con ello asegurar la continuación de un régimen electoral que la favorecía como clase desde el parlamentarismo burgués clásico, intentando debilitar de esta manera el proceso de cambio llevado adelante por las masas bolivianas.
Pero su objetivo encontró una barrera: el pueblo boliviano con su presidente a la cabeza.
Después de una lucha tenaz, la nueva ley electoral salió a la luz aunque puedan verse algunas cuasi concesiones. En la misma se permite por primera vez el voto de los bolivianos en el extranjero, aunque se reduce la participación de éstos a un 6% del padrón electoral nacional. En el mismo sentido, por la misma presión ejercida desde la oligarquía opositora, fue reducido a siete el número de circunscripciones especiales indígenas durante la aprobación de la Ley en la plenaria del Congreso, y mientras la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Bolivia (CIDOB), había solicitado 18 y el Gobierno había ofrecido 15, tras las negociaciones con la oposición éstas habían quedado reducidas a ocho escaños. Así las cosas, aún no queda garantizada, al momento, ni la representatividad de los pueblos originarios, ni el voto y representatividad de los bolivianos en el exterior. Pero, como acabo de mencionar, tan sólo es una cuestión momento: táctica en función de estrategia.
Porque si bien es cierto que hoy no se logró la inclusión total de los sectores mencionados para las próximas elecciones (los dos pasos pequeños dados hacia atrás), ha sido un triunfo la sanción de la nueva ley electoral (el gran paso adelante) toda vez que el principal objetivo de la oligarquía se vio quebrado y la misma se tendrá que someter, próximamente, a los designios del pueblo en una nueva elección que se celebrará a los efectos de constituir la nueva Asamblea Legislativa Plurinacional. Y seguramente allí, como la oligarquía se verá nuevamente derrotada, ya no le quedará otra alternativa que sentarse a discutir la inclusión total de los pueblos indígena campesino y los ciudadanos bolivianos en el exterior, en una asamblea general, que la mostrará como lo que realmente es: una minoría autoritaria.

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